Camaradas Guerra y Millán presentes ahora y siempre
Hoy 4 de mayo se conmemora 58 años de la masacre del liceo "Miguel José Sanz" de Maturín, donde fueron vilmente asesinados los estudiantes José Rafael Guerra y Alberto César Millán. Bandas armadas de Acción Democrática y COPEI asaltaron ese centro educativo y cometieron semejante crimen. Millán fue militante de la Juventud Comunista de Venezuela y su ejemplo de lucha, batalla y combate ideas que han brillando en el horizonte.
Los jóvenes levantamos su voz y
su bandera por la conquista de un mundo mejor y de una educación pública y de
calidad.
La juventud venezolana siempre ha
marcado la historia de nuestro país en contra de la injusticia y la opresión, Guerra y Millán son ejemplo de
rebeldía, parte de un crimen que desnuda la falsa democracia puntofijista que
implantó las desapariciones y asesinatos por razones políticas en Venezuela.
Estos mártires del movimiento estudiantil venezolano son
la expresión radiante de la nueva y joven generación, dónde se conjugó la
alegría y la rebeldía.
Hoy más que nunca debemos
levantar sus banderas, luchar por tener una educación pública de calidad al servicio
de la clase trabajadora; Luchar por becas dignas y justas, por comedores
dignos, por un desarrollo científico en los laboratorios, por un servicio
primario de salud acorde a las necesidades de los estudiantes, por rutas y
transporte para el traslado cotidiano a nuestras casas de estudios. Por el
rescate he implementación del pasaje estudiantil que fue arrebatado.
Alberto César Millán, estudiante del quinto año de ciencias; y José Rafael Guerra, del tercero,
pasaron a la historia como las víctimas fatales del salvaje asalto a mano
armada al liceo Miguel José Sanz,
aquella tarde gris del 4 de mayo de 1962. Millán presentó perforaciones de
balas en el cuello, clavícula y omóplato o que Guerra, además de numerosas
heridas por armas de fuego, recibió un “tiro
de gracia" en la nuca.
Ambos jóvenes cayeron junto a un
refrigerador, cuando trataban de auxiliar con un vaso de agua a una Profesora
en bueno estado de gravidez, que se había desmayado al oír el tropel de las
bandas armadas que penetraron al instituto en persecución de un grupo de
muchachos que minutos antes se habían dedicado a quemar cauchos en la Avenida
Bolívar, en señal repudio a un gobierno enfrentado a los sectores populares y
enemigo jurado de la juventud estudiantil.
No pensaron jamás esos muchachos,
ya curtidos en la lucha cívica contra la DIGEPOL
(policía política del régimen) y contra la policía uniformada, instrumento
represivo de Acción Democrática, que serían perseguidos hasta el interior del
plantel y mucho menos que se les atacaría, desarmados como estaban, con armas de
fuego, machetes y cabillas".
¡Guerra y Millán significan el sacrificó y heroísmo de la juventud de
ayer y hoy por la conquista de un nuevo mundo! Emularemos la lucha y el
combate de estos mártires del movimiento estudiantil porque el socialismo se
pelea.
¡Camarada Guerra y Millán ¡Ni perdón, Ni olvido!
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